La Dieta Mediterránea:
Fuente de Salud
Reconocida mundialmente por su acción
beneficiosa para la salud, la Dieta Mediterránea
no es sólo una pauta alimenticia sino, más bien, un estilo de vida. La Dieta
Mediterránea combina ingredientes de la agricultura local, con las recetas
y formas de cocinar propias de cada zona, comidas compartidas, celebraciones y
tradiciones, todo ello unido a la práctica de ejercicio físico moderado,
realizado con una frecuencia diaria. Todo ello se potencia con un tipo de clima
benigno. Podemos establecer, por tanto, la Dieta
Mediterránea como un modelo de vida saludable.
Dieta Mediterránea |
¿Qué entendemos por Dieta
Mediterránea?
Según nos explica D. Roberto
Sabrido, presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición,
como pauta alimenticia, la Dieta
Mediterránea es una combinación equilibrada y completa de los alimentos,
basada en productos frescos, locales y de temporada en la medida de lo posible.
Identificada con los pueblos de la cuenca mediterránea y habiendo sido transmitida
de generación en generación desde hace muchos siglos, está íntimamente
vinculada al estilo de vida de los pueblos mediterráneos a lo largo de su
historia.
Entre los países mediterráneos
que representan este tipo de dieta o patrón de alimentación, destacan los de la
cuenca mediterránea, como, por ejemplo: España, Italia, Grecia, sur de Francia,
etc.
En ellos existe un elevado
consumo de cereales, verduras y hortalizas, legumbres, frutas, aceite de oliva
(como grasa culinaria), pescado y vino en cantidades moderadas.
Rasgos fundamentales:
La Dieta Mediterránea tiene unos rasgos característicos que la diferencian de
otro tipo de dietas y estilos.
Dña. Susana del Pozo de la Calle, Directora de Análisis Survey Unit de la Fundación
Española de la Nutrición, establece
algunos de ellos:
- Utilización
del aceite de oliva como principal grasa culinaria.
- Abundancia
de alimentos vegetales, tales como:
- Frutas y verduras frescas.
- Cereales (principalmente en forma de pan o pasta).
- Legumbres.
- Frutos secos.
- Consumo
frecuente de pescado.
- Ingesta
regular y moderada de vino en las comidas (en adultos sanos).
- Bajo consumo
de carnes rojas.
- Leche y
derivados lácteos.
G.Uso frecuente de especias
y condimentos variados (limón, ajo, pimentón, hierbas aromáticas: orégano,
perejil, tomillo, laurel, hinojo).
¿Por qué es recomendable?
Este tipo de alimentación
presenta un perfil calórico (aporte de los macronutrientes y el alcohol a la
energía total) adecuado, baja en grasas saturadas, rica en vitaminas, polifenoles
y determinadas sustancias antioxidantes, tales como los flavonoides.
Al referirse a ella, D. Roberto
Sabrido califica a la Dieta
Mediterránea como “equilibrada, variada y con un aporte de macronutrientes
adecuado. Tiene un contenido bajo en ácidos grasos saturados y alto en
monoinsaturados, así como en carbohidratos complejos y fibra. Hay que añadir
los (beneficios) derivados de su riqueza en sustancias antioxidantes”.
Sin embargo…
En la actualidad no todos los
países de la cuenca del mediterráneo (incluida España) siguen las pautas
propias de la Dieta Mediterránea
debido, sobre todo, a la introducción de modas y de alimentos procedentes de
otras culturas. De ahí que, entre otros factores, el sobrepeso y la obesidad
hayan sufrido un notable aumento en España.
A este respecto, Dña. Susana del
Pozo de la Calle, afirma: “En relación a España, la dieta de los
españoles se ha modificado notablemente en los últimos 40 años, alejándose del
modelo tradicional de Dieta Mediterránea”.
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