28 mar 2012

Psicología: Acoso Escolar

Acoso escolar

y sus efectos en el niño
El acoso escolar o bullying
FOTOGRAFÍA: Kjell-Einar Pettersen


El niño víctima de acoso escolar  o bullying puede manifestarlo de formas muy diversas. Sin embargo, en otras ocasiones, detectarlo no resulta tan fácil. En cualquier caso, una vez que los padres o familiares tengan conocimiento del problema, es imprescindible el apoyo y una rápida actuación para erradicar esta situación.
La psicóloga Dña. Isabel González López-Fombona nos desarrolla algunos puntos clave en esta cuestión.



¿Qué se considera acoso escolar?

Entre las principales manifestaciones del acoso escolar destacan la agresión física (pegar, empujar, robar, esconder, etc.), verbal (insultos, motes, hablar mal de esa persona, etc.), social (excluirle del grupo, no dejarle participar, etc.) y/o psicológica (reírse de la víctima, desmoralizarla, humillarla, etc.) por parte de un igual hacia otro igual y de manera continuada.

Esta situación, por lo tanto, produce una serie de efectos en el niño, siendo algunos de los más habituales:


            a.  Conductas de miedo, huida y evitación.

            b.  Conductas depresivas.

            c. Conductas ansiosas y que expresan inseguridad.

            d. Dificultades en las relaciones sociales (el niño se aísla).

e.Descenso en el rendimiento académico.

               
Hemos de puntualizar que no tienen por qué darse todas estas circunstancias. De hecho, muchos de los niños que sufren acoso mantienen el mismo rendimiento escolar, ya que suelen ser muy responsables y lo último que hacen es dejar de lado sus tareas escolares.



Consecuencias del acoso escolar
El hecho de estar sometido a conductas vejatorias, discriminatorias o agresivas por parte de otros iguales implicará una serie de consecuencias para el niño, que podrá experimentar:


·    Cambios de comportamiento.

·    Cambios de humor, manifestaciones de tristeza, llantos e irritabilidad.

·    Pesadillas, cambios en el sueño y/o apetito.

·    Dolores somáticos: dolores de cabeza, estómago, etc.

·    Pierde o se deteriora con frecuencia sus pertenencias personales.

·    Viene con magulladuras, ropa sucia y/o rota.

·    Negarse a  ir al colegio o retrasar la hora.



El niño o adolescente puede llegar, incluso, a experimentar un estado depresivo. Cuando el acoso permanece de manera continua y el nivel de agresión es elevado, si el niño no percibe la aceptación y apoyo necesarios por parte del entorno se verá afectado anímicamente, puesto que se sentirá  rechazado, indefenso, vulnerable y sin expectativas de cambio y salida del problema. Hemos de  tener en cuenta, además, que muchas de las personas víctimas de acoso tienen ya de por sí una baja autoestima.



Un problema a  distintos niveles
Los ámbitos de la vida del niño que se ven afectados por la situación que vive mientras es víctima de acoso escolar pueden ser variados:



1.    En el ámbito familiar se produce un elevado nivel de angustia y preocupación por el bienestar del hijo/a, así como por no saber cómo ayudarlo. Una de las mayores dificultades con las que se pueden encontrar los padres es con la falta de reconocimiento por parte del colegio de que hay un problema de acoso. Ante estas situaciones, los padres y hermanos de la víctima pueden llegar a sentirse igual de afectados que la propia víctima.



2.    A nivel de estudios, el rendimiento escolar podría verse afectado, puesto  que a menudo cuando se están viviendo situaciones que provocan tensión de forma continuada se  produce un descenso en el nivel de concentración. Aún así, no siempre se produce un cambio en el rendimiento, ya que se suelen preocupar mucho por sus estudios y en muchas ocasiones esto les supone también un pilar donde apoyarse y sentirse bien consigo mismos.



3.    A nivel de relaciones con sus compañeros se crean muchos recelos, hostilidad, desconfianza, acusaciones, y se inculpa continuamente a la víctima como la causante del problema, tanto por parte del o los acosadores principales, como de los que observan (que suelen estar de parte de los dominantes). Las víctimas acaban teniendo miedo al rechazo y desconfianza a la hora de relacionarse con otros chicos/as.



El papel de los padres y familiares,

y medidas a adoptar


Una vez que hemos adquirido conciencia de cuál es el problema, hemos de adoptar una serie de medidas para ayudar al niño a salir de esta situación:


·      Admitir que es víctima de un acoso y hacerle sentir seguro, valorado y estimado.

·      Hacerle saber que cualquier problema que tenga puede arreglarse y hablar con él/ella, así como establecer estrategias.

·      Procurar ponernos en contacto con los padres de los otros niños y con el colegio para intentar solucionar lo que ocurre.

·      Acudir a un profesional que les oriente.

·      En general, no quedarnos inactivos, puesto que el tiempo no lo arregla por sí solo.



















































































































































































































































































































































































































































































































































               







        



               

               

               


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